Entre 1983 y 1994, se consolidó la inversión de Domaines Lafite Barons de Rothschild en este territorio sudamericano. En palabras de Eric de Rothschild ante esta decisión: "quisimos aumentar nuestras habituales producciones de vino, que fuera delicioso al beberlo y accesible en precio a la vez".
Éste Chardonnay, no sólo ofrece una buena compañía para los alimentos, sino que también resulta buena alternativa para beberse sólo.

Vista. Color amarillo paja con destellos dorados, brillante y luminoso.
En Nariz. Muy aromático, aromas cítricos de piña, melón y plátano. Notas a nuez y miel.
En Boca. Bastante fresco, muy agradable, con grata estructura y balanceado.
Maridaje sugerido. Carpaccios, ceviches, pescados a la plancha, camarones, buena pareja de comida asiática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario